Julia Alvarez Iguña

Julia Alvarez Iguña

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La función del caddie y su relación con el profesional de golf

18 de diciembre de 2010

El caddie juega un papel sumamente importante en una competencia y se debe trabajar junto con el jugador profesional tanto en lo individual como en lo grupal ya que los dos forman un equipo a la hora de jugar. Una ronda de golf dura aproximadamente cuatro horas y media. Pero, es sólo aproximadamente quince minutos de juego lo que se emplea en golpear consecutivamente a la bola, o en lo que llamamos “el juego interior”.

En cuanto al tiempo de juego, cada tiro lleva ejecutarlo menos de cinco segundos y no más de un minuto en planificar lo que se quiere hacer y realizarlo para no caer en demora y penalidad. En el total de la competencia, un profesional dispara entre setenta y setenta y cinco golpes. Por otro lado, se juega en un campo que cubre cinco kilómetros y medio por lo que la mayoría del tiempo el caddie es la persona con quien más tiempo se comparte.

El tiempo restante de juego, que dura aproximadamente el 94%, cuatro horas y quince minutos, el golfista lo emplea en “el juego exterior” manejando presiones: el público, los medios de comunicación, el fuera de limite, la pérdida de pelota, llamados de atención ante demoras, variables del clima, y es en este segmento donde podemos incluir también al caddie, quien si no logra jugar en sintonía con su profesional es motivo de gran desconcentración y pérdida de tarjeta (no clasificar).

Es en este tiempo muerto donde se planifica, se selecciona, se comparten infinidad de situaciones tanto físicas como psicológicas y que pueden influir en el estado mental del jugador. Siempre afirmamos desde la psicología, que un partido se gana o se pierde en tiempo muerto, ya que es cuando surgen las mayores presiones.

En toda competencia importante el jugador solamente se debe dedicar a concentrarse y en pegar a la pelota. Como dicen varios profesionales: el ochenta por ciento lo hace el jugador y el veinte el caddie. Es en ese tiempo donde el caddie debe dedicarse exclusivamente a desempeñar su rol; ayudar con su juego al jugador, a mantenerse concentrado, motivado, a manejar la constante motivación, la seguridad en el tiro, el manejo de la atención, pero por sobre todas las cosas debe saber escuchar y saber callar, es decir la forma en que nos comunicamos mutuamente.

La función específica del caddie es limpiar la bola, dar información sobre la selección de tiro y distancia de yardas, tener nuevas bolas de golf para cuando sea necesario, colaborar en la distancia, el viento, la dirección, o una línea de un putt. Si ante un tiro errado los dos se enojan sobreviene la desconcentración y la mutua frustración que conduce a la derrota.

A veces, los caddies no soportan que el profesional realice malos tiro: “juega mal y me nublo”; muchos hablan mal del profesional, o llegan tarde y no avisan, les interesa más la bolsa semanal que el crecimiento personal y, porque no el profesional. Algunos han logrado ser muy buenos caddies y los caddies argentinos son muy buscados en Europa por su conocimiento y profesionalidad.En un torneo, si bien la última decisión la toma el jugador, el caddie ayuda en la planificación del tiro a realizar, aportando la necesaria confianza en su realización.

Hoy en considerado como integrante de un “juego de equipo” y elemento importante para ayudar a los jugadores a realizar su mejor esfuerzo. Para ello debe poseer las siguiente cualidades como ser: honradez y fiabilidad, positivismo, paciencia, demostrar a toda hora una influencia tranquilizadora, saber cuándo hablar y cuándo no hablar, poseer el perfecto conocimiento de golf y sus reglas, cuidar al jugador de que nadie lo moleste o se mueva a la hora de jugar, saber cómo mantener los cuatro días de competencia al jugador en su juego, saber confirmar o reforzar la decisión de un tiro ya que ayuda a tener más confianza y compromiso en el plan de acción, lo que es fundamental para la ejecución exitosa. Si un caddie demuestra dudas sobre la decisión de un jugador, esto puede llevar a una falta de confianza o de compromiso por parte del golfista.

El caddie funciona como sostén psicológico del jugador, como un objeto de seguridad externa en quien el profesional confía y deposita su juego. Para ello se deben conocer bien mutuamente; cuáles son sus fortalezas y debilidades, sus tiros preferidos, distancias, estados de ánimo, tácticas para elevar su estima y reforzar su ego. Esto es el resultado de tiempo compartido en prácticas, torneos, tiempo libre, en el desarrollo de una relación de trabajo más eficiente, lo que trae beneficios y disminuye la carga de presión al ser una responsabilidad compartida.

El golfista aprende a confiar en la fiabilidad del caddie y sus conocimientos y habilidades técnicas y pseudo-psicológicas. Uno de los peligros es llegar a ser demasiado dependiente del caddie y, si por alguna razón llegase a faltar en un torneo, no podría manejarse solo. Independientemente de la batalla y del resultado del día anterior se debe presentar temprano, recorrer el campo marcando las distancias y los nuevos metrajes, confirmar los horarios y el ritmo de la salidas, con el objetivo de tener todo listo y planificado cuando las circunstancias lo requieran.

Entre el jugador y el caddie debe formarse un espacio virtual donde se superpone el trabajo individual y el grupal, como resultado de la capacidad de jugar tanto de uno como de otro. Sólo a partir del libre y seguro jugar puede la persona ser creativa en el despliegue de lo más personal entre lo propio y lo aportado por su caddie, ya que el jugador se encuentra en función y ante la firme presencia y sostén del otro, y la interacción que se produce entre ellos.Es a partir de este encuentro que surge un vínculo que no se tratará solamente de objetivos y operaciones técnicas, sino también de valores, de comportamientos, de competencia técnica integrando la capacidad de poder escucharse y saber callar mutuamente.


Veamos esta situación de la famosa película “La leyenda de Bugger Vance”, donde ante un tiro perdido en el medio del bosque, el jugador es invadido por miedos y presiones asociando esa situación a momentos pasados, pero gracias al soporte y confianza en la superación personal que su caddie le brinda, logra transformar ese desvalimiento interno demostrando lo que él realmente es. Al disipar los miedos internos y poder volver a una situación relajada, se concentra en su objetivo y dispara tan bien como él lo sabe hacer y lo ha hecho infinidad de veces.