Julia Alvarez Iguña

Julia Alvarez Iguña

Psicología on Line

Psicología de Deporte

Psicología de la vida cotidiana

Pegar más lejos no significa pegar más fuerte

1 de abril de 2010



Conseguir poder y distancia es una de las habilidades que todo jugador desea obtener a través de un buen impacto con la pelota. Se practican muchas horas para ir construyendo una mecánica y un método sólido de juego para ser usado en diferentes situaciones de cancha.
El swing es energía, es movimiento, es una completa rotación del cuerpo con el objetivo de generar velocidad con la cara del palo en un mismo tiempo, desde que comienza hasta que termina el swing.
Es lo que llamamos tener un “buen timming” y lo notamos cuando un jugador pega a una velocidad rápida tratando de impactar, no en la pelota, sino en pasar a través de la pelota.

Algunos jugadores tienen un tiempo lento como Ernie Else o Fred Couples, mientras otros lo realizan de forma explosiva como Tiger Woods o Nick Price. Cuando observamos a un profesional, vemos que lo hacen tan fácil que los queremos imitar. Ellos no tratan de pegar fuerte ya que sus fibras musculares están relajadas: tienen control, poder y velocidad.
La fuerza es medida de acuerdo a la cantidad de energía y potencia que tiene la musculatura. Pero fuerza no es sinónimo de poder.
Poder es lograr controlar la fuerza muscular que se contrae y se relaja y para ello es necesario chequear como se encuentra nuestro cuerpo antes de cada ejecución.
En las habilidades motoras, como en la ejecución de un swing, los procesos mentales en la toma de decisiones son escasos, mientras que la acción es la que adquiere relevancia.

El swing, por ejemplo, es un complejo movimiento que involucra a muchos grupos musculares (de tronco y extremidades inferiores y superiores), que deben contraerse con fuerza para impulsar la pelota, pero cuanta mayor fuerza quieras emplear, otros músculos que no intervienen en la obtención de potencia, producen resistencia logrando un medio swing agarrotado. La primera causa de éstos movimientos bruscos, es la tensión de nuestro cuerpo ante el miedo y la inseguridad.
La tensión en brazos y manos hacen girar la cara del palo, la abren o la cierra. Ante la incertidumbre, nos ponemos tan duros que la pelota sale para cualquier lado donde el pensamiento condiciona al resultado. Si estamos tranquilos y seguros lograremos amplitud de giro y el tiro será fluido y certero.

Los amateurs a veces quieren generar más poder por medio de una sobretensión muscular y está totalmente comprobado que cuánto más duros nos ponemos menor distancia obtenemos.

El jugador tiene un gran potencial pero vive dudando, buscando la perfección, el reconocimiento, la admiración, tratando de evitar el error. Al querer hacer todo tan perfecto, se boicotean continuamente, ya que la perfección no existe. A veces lo simple es sinónimo de aburrido, y se busca inconscientemente el tiro exhibicionista, que muchas veces no lleva a un buen final.
Esta es la causa de tiros sobados, drives cortos, slices, hooks y pelotas que terminan en los árboles.
El golf no es para sacar músculos y tener unos buenos bíceps. Es necesario tener un buen cuerpo trabajado pero para generar velocidad con la cara del palo y el juego de las manos.
Al querer pegarle fuerte a la bola vamos a conseguir mucha fuerza en las muñecas, pero pobre poder en el impacto rompiendo la sinergia del movimiento y perdiendo la sensación del golpe.

Para poder realizar un buen swing se debe tener una mente calma, un cuerpo suelto y un swing en que confiar.
Cuando surgen momentos de tensión, aceptálos. Es lógico y esperable que así suceda. Cada tiro es un desafió y debe ser tomado como tal, sabiendo que el error siempre es una posibilidad de resultado.
A veces creemos que por pegar más largo tenemos más poder. Querer ganar y tener un drive de bastante distancia a todos nos gusta perro no lo uses para demostrar tu poderío ante los demás. Sé inteligente y utilízalo solamente para facilitar tu juego.
Casi todos los golfistas salen a competir con el drive. Hay una necesidad de ser siempre brillantes y fuertes y poder demostrar lo que saben hacer. Sin embargo, hay pegadores de drive cortos que casi siempre logran figurar. Siempre están ahí. Saben jugar con cabeza y tienen la capacidad de pensar como van a jugar el hoyo. Son prolijos en el juego porque hay orden en sus ideas.

Vacién la mente y aflojen el cuerpo antes de jugar. Para ello les daré un consejo. Cierren los ojos, hagan un swing, y visualicen como se encuentra cada parte de su cuerpo, los pies, piernas, caderas, brazos, manos, hombros, cuello. En este ensayo mental traten de realizar un swing con los ojos cerrados chequeando si hay alguna zona en tensión, o si hay fluidez de movimiento.
Utilicen la respiración focalizando la energía en esa zona del cuerpo que está tensa. Esta visualización interna, activa la parte neuromuscular, sirve para la técnica, y para chequear tus sensaciones.

Así mismo, además de ayudarlos a relajarse y concentrarse, es una buena herramienta mental para examinar las posibles opciones en la resolución de problemas de técnica. Entrenála y realizála, tanto en las competencias como en las vueltas de prácticas, o así mismo en el driving range.
Espero que los ayude. No vemos en la próxima.

Lic Julia Alvarez Iguña

Fluir en el deporte “To flow or being in the zone”


Mihaly Csikszentimihaly (se pronuncia Cis-zen-mijáli), es un investigador y un reconocido psicólogo a nivel mundial por haber creado el concepto “fluir” (to flow) que describe estados y momentos donde las personas se entregan completa y placenteramente en una actividad logrando resultados sorprendentes.
El termino “flow”, o fluir, es sinónimo del concepto “estar en la zona”, o “being in the zone”, en el que se experimenta una vivencia máxima, una experiencia cumbre, donde mente y cuerpo se detienen en el tiempo ante el bienestar que la tarea brinda.

Se ha estudiado que el "estar en la zona" puede influenciar en esquemas del movimiento libre generando una mejor integración de las funciones reflejas conscientes y subconscientes y mejorando de esa manera la coordinación y convicción de la acción.(Goldberg 1997)
Muchos atletas describen éste estado de completa seguridad y certeza en uno mismo. Uno de ellos es Tiger Woods quien lo describió: “cuando estás en esa zona, estas jugando bien, estas ganando y te mantienes calmo. Es una sensación extraña donde se detiene el tiempo una clase de bienestar donde podría estar jugando todo el día sin cansarme”.

El psicólogo de Anika Sorenstram y de golfistas de la LPGA; el Dr. Nilssen, comenta que una de las técnicas más importantes es aprender a jugar en silencio, tanto en nuestro pensamiento interno, como en nuestras expresiones verbales.
Esta es una dinámica relacionada a una forma sana y temporal del narcisismo - amor a uno mismo- permitiendo al golfista alejarse de su realidad y entorno permaneciendo en la zona de juego por períodos más largos.

Los cinco principios básicos a trabajar, son: confianza; focalización en el objetivo, sentimiento de placer y bienestar, calma y relajación, y activación.
La confianza bien sabemos es efímera pero es re-afirmada y conservada por una serie de buenas ejecuciones que se repiten en el juego. Este proceso puede ser continuado si uno puede manejar el entusiasmo de jugar lo que refuerza el ego y aumenta la autoestima
Éste es el primer y quizás más crucial paso para fluir en el deporte reforzada por una visualización positiva del tiro que se desea realizar. Cuando uno está en la zona no ve ni siente nada más que lo relacionado al objetivo de su juego. Si sos uno de esos jugadores que se queja por los movimientos o ruidos que puedan suceder a su alrededor, o por la mirada de demás jugadores, es que tu zona de focalización es pobre y debes trabajar sobre ello.
Éste es un principio básico de la filosofía zen que promueve la conexión entre la mente, la naturaleza y el cuerpo. Cuando la atención se centra en el blanco, el cuerpo recibe esa orden y la acción del movimiento se dirige allí, ya que la disciplina de la mente que se enfoca en un punto es dependiente sobre el proceso de las imágenes.

Comenzá a practicar con estos dos principios básicos; concentración y visualización positiva. Más adelante continuaremos con otras técnicas aplicadas al estado de fluir en el golf para poder jugar en armonía con la realidad en un estado de placer y al mismo tiempo poder mejorar nuestro juego eliminar presiones y por ende, bajar nuestro score de cancha.



Lic Julia Alvarez Iguña
Psicología del Deporte aplicada al Alto Rednimiento
juliasports@fibertel.com.ar

La Práctica psicológica del Dêjâ vu

Fot Golf Digest

El putt es una de las cosas más importantes cuando hablamos de competencia. Dentro de una secuencia de golpes es el último tiro que da cierre y nombra a un hoyo como par, birdie, etc. Un drive no crea tanta ansiedad como un putt ya que tendremos otras posibilidades hasta llegar al green, pero el putt es decisivo cuando de definición se trata.
Phil Michelson, o “Lefty” según lo llaman en EE.UU. poseía grandes dificultades a la hora de jugar el putt. Es así que acudió a Jakie Burke quien a pesar de sus 82 años siente gran pasión por el golf y es considerado, según él mismo se denomina, “un moderno guru” sobretodo cuando de putt se habla.
Jakie le enseñó a Phil un ejercicio que incorporó rápidamente para la práctica de los putts cortos y medianos.

Ésta práctica es una técnica psicológica que da confianza y reduce la presión ya que proyecta mentalmente al jugador como si estuviera en su rutina de práctica cotidiana y en su secuencia de putts embocados.
¿Dónde está la diferencia? En la mente ya que se elimina la presión de competencia que de por sí tiene el putt y se desplaza a otra situación de practica de juego fantaseada o imaginada.
Ante la tensión Phil se apoya en su rutina de putt no pensando en el resultado sino en lo que está haciendo y golpea la pelota de la manera que lo práctico miles de veces.
Este fenómeno se llama “déjà-vu” (ya visto/vivido) el cual describe la experiencia de sentir que uno ha experimentado previamente esa situación. El “déjà vu” relacionado al deporte ha sido sometido en años recientes a una seria investigación psicológica y neurofisiológica donde se trata de eliminar la presión mediante la imaginación.
En este caso se estaría proyectando la sensación de estar en la práctica cuando realmente se está jugando un torneo. Este pensamiento es muy usado por el Chino Fernández quien siempre suele decir: “Cuando juego un torneo me imagino que estoy en la practica y cuando estoy en la practica me imagino que estoy jugando un torneo”.
Sería una manera de entrenar la mente para poder entrar y salir de una situación peligrosa permitiendo que la mente se concentre en la acción y eliminando en cierta manera la presión por el resultado.

Debemos recordar que esta técnica, como cualquier otra habilidad psicológica deportiva, requiere un aprendizaje previo y una práctica continuada para poder sacarle partido a su utilización.
El putt es un reto y somos humanos. El golf es un juego de errores y eso le tocará la fibra sensible si se lo permiten. Sentirse bien ante un putt es bueno porque ayuda a eliminar la tensión de la mente y eleva la confianza para el próximo.

Debemos encontrar una manera de manejar los putts que nos generan presión. El objetivo será transformar la presión en rendimiento y esto se produce activándonos, creyendo en nosotros y en saber que no tememos lo que se nos enfrenta. Cuando más limpia y en orden está el pensamiento más posibilidades de éxito tendrá la perfomance.




Lic Julia Alvarez Iguña

Tiger Woods, entre el control y la adicción


Luego de Michael Douglas, Bill Clinton, esta vez le tocó el turno a un deportista y nada menos que a Tiger Woods pasar por una de las enfermedades menos confesadas y visibles como es la adicción al sexo.
La adicción es toda conducta contraproducente que un sujeto no puede detener generando complicaciones en su vida y en el trabajo.
¿Porque Tiger Woods, teniéndolo todo cayó en una adicción?

Tiger es una persona acostumbrada a no mostrar sus sentimientos, a bloquear todo tipo de pensamientos y a mantener las emociones bajo control cuando juega, exactamente para todo lo que ha sido programado en un deporte de alta competencia. Esto crea un gran vació emocional, no pudiendo conectarse con las emociones de la vida diaria y que con el tiempo se transforman en alguna patología, en este caso adicción al sexo.
En el sexo se busca la gratificación inmediata a una necesidad que ofrece la promesa de placer y alivio temporáneo para su dolor psíquico y ansiedad. Para muchos, el sexo es un placer, pero para otros una gran adicción. A medida que pasa el tiempo se transforma en un trastorno difícil de controlar. Ya no se trata de una cuestión de voluntad, rasgo superdominante en Tiger, ya que la enfermedad que se sufre se encuentra oculta en su interior.

Todos nosotros recurrimos a ciertos comportamientos de tipo adictivo cuando nos encontramos sobrepasados, estresados, con poca capacidad para buscar en nosotros mismos una respuesta adecuada a nuestro dolor. En tales circunstancias tendemos a comer o beber más de lo habitual, tomar medicamentos, fumar excesivamente, con el objeto de bajar la carga de excitación psíquica que nos domina. Podríamos pensar que estas conductas solucionarían momentáneamente nuestros conflictos psíquicos. Pero este mismo funcionamiento se torna patológico cuando aparece como la única y sola manera de enfrentar y solucionar el dolor mental o la sobreexcitación, una persona “normal” encontrara nuevas respuestas en su Yo y en el mundo aprendiendo a tolerar el dolor sobreponiéndose a sus conflictos, el adicto lo encontrara en el exceso de acción, en tanto el deprimido en la imposibilidad de actuar y reprimirse sobre sí mismo.

El sujeto se siente obligado a jugarse en su desenfrenado impulso, no siendo capaz de controlar su acción a pesar de tener buenas intenciones. Hablamos de compulsión: una acción que se debe realizar más allá de lo que el sujeto querría hacer. Pero no se puede contra esa fuerza y se debe someter a su mandato, una que obliga y la otra que se niega.
Surge la búsqueda de obtener todo lo que se quiere, la necesidad de afirmarse mediante un donjuanismo patológico en la búsqueda del placer inmediato como un mecanismo para eliminar tensiones, en una necesidad de apoyarse o fusionarse con otro como un recurso para aliviar estados afectivos dolorosos
La pregunta que uno se debe formular es cómo y por qué surge la compulsividad.
La hipótesis que planteo en este trabajo es que la compulsividad surge siempre provocada por la angustia. Sobresale la sensación de vacío interior, de pérdida de los límites propios, de baja en la autoestima, de terror paralizante, etc. La promiscuidad es desesperación. Es angustia que no puede ser tramitada sino por medio de la destrucción al enfrentar situaciones de alto riesgo donde es el peligro mismo el que está erotizado

Hoy en día, es muy fácil encontrar placer en un mundo donde el sexo está siempre presente, tanto socialmente como en los medios de comunicación.
Se busca la trasgresión, ir más allá de los límites, y la búsqueda continua del desafío, de encontrarse con sí mismo, la burla de la Ley, la búsqueda de límites.
Recuperarse de una adicción demanda interrumpir las conductas habituales. Es cambiar un estilo de vida más centrado en la reflexión, en sus necesidades emocionales y creencias. Aprender a actuar y a manejarse con una nueva actitud para poder cambiar ese “mal-estar-interior”.

Y Tiger tocó fondo y quiere parar. Demostró su vulnerabilidad, pidió perdón con su rostro afectado. Seguramente le tomará tiempo encontrarse nuevamente con la adrenalina de la competición.
Más allá del golfista, del hombre de hielo, de la máquina de ganar torneos y millones, del caballero mesurable, apareció el hombre vulnerable, herido y arrepentido. Esperamos su redención y una segunda oportunidad.

Julia Alvarez Iguña

Tiger y su camisa colorada ¿superstición, pasión, o ritual?


Muchos jugadores a la hora de competir, tratan de apoyarse en juegos mentales o pensamientos mágicos, como creer que usando ciertos elementos o diciendo algunas palabras, el juego ayudará a hacer una mejor perfomance.
El pensamiento es un tanteo de la realidad, de aquello que se me presenta y me dice como tengo que actuar y resolver un problema. Pero a veces, ante la falta de confianza proyectamos en objetos externos, valores o necesidades que no tenemos, creyendo que actuarán como refuerzo exterior de nuestra actuación, y que de esa manera tendremos más suerte.
Pensar que hay quien tiene mucha suerte en el golf es una equivocación. La suerte no existe. La suerte se presenta cuando la habilidad encuentra una oportunidad para demostrarla.En la vida, como en el juego uno tiene lo que escoge, lo que nos sucede y obtenemos no viene gratis. Las cosas no son casuales, sino que son causales, es decir tiene una causa que las define.
Este tema, me disparo algo interesante para pensar y relacionarlo con el deporte y la actitud de un grande como es Tiger Woods. ¿Por qué Tiger usa una remera colorada el último día de un campeonato?
¿Será por superstición o por pasión?, ¿Porqué él adoptó ese comportamiento?, ¿Es simplemente un ritual o responde a un mayor propósito?

Tiger ante un torneo va perfectamente vestido. Esto es así, porque su elegancia en el vestir le hace sentirse mentalmente bien, ayuda a sostener su lenguaje corporal y levantar su ego. Jamás lo hemos visto desprolijo, caminar con sus hombros caídos, su mirada baja o en una manera tímida al encarar un tiro.
En la competencia actúa con calma. Su pasar entre el público, no lo perturba. Llama la atención por la fuerza y el brillo de sus ojos centrados en el objetivo. Su manera de caminar, vestir y festejar cada tiro que realiza es su manera de autoalentarse.
Cuando Tiger era niño, su madre solía llevarlo al templo budista, y aprendió a poder llegar a estar en un estado de relajación absoluta, o lo que en golf llamamos “dejarse ir”, “fluir” o, “let it go”. Estos ejercicios de relajación y concentración, fueron luego practicados bajo las enseñanzas de Jay Brunza y Jim Flick, quien también entrenó a Jack Niclaus, y llegó a la conclusión, que el golf, empieza en su mente más que en una habilidad atlética. La disposición mental determina no solo el disfrute sino también la perfección que se desea lograr.
Tiger aprendió a ganar sabiduría calmando la mente, controlando las presiones. Tan solo piensa en jugar, lo que hace que su swing se ejecute libremente.
A veces Tiger da la impresión de ser un poco soberbio en su personalidad, pero no es así. Él está tan metido en ese estado de abstracción, que se aleja de cualquier elemento que le pudiera generar una amenaza.
La camisa colorada del Tiger tiene un impacto enorme en la actitud de su juego e influye en la manera de realzar sus convicciones.
¿Y porque el colorado? El colorado está asociado a la agresividad y la asertividad. Las personas que eligen el tono colorado son personas motivadas, apasionadas, luchadoras, está relacionado al fuego interior y a actuar más seguro, sin miedo. Cuando va perdiendo, solo sentir ese tono sobre su piel, lo hace refocalizar y activar en lo que tiene que hacer. No es por superstición o por suerte, ya que Tiger sabe que cuanto mejor juegue, más suerte va a tener, y que para hacer buenos resultados, tiene que jugar con la cabeza y no con el corazón.

La teoría de los colores es usada en psicología como un test proyectivo de identificación. Partimos de la teoría de la autopercepción, según la cual actuamos de acuerdo a como pensamos o nos sentimos.
Cuando va perdiendo un torneo, ese color lo activa. Lo inspira y motiva para seguir adelante más allá de cualquier impedimento.
Cuando fallamos un tiro o un putt, de acuerdo a como lo encaremos, influirá en la manera del resultado de los hoyos siguientes. El golfista que se deja arrastrar por sus reacciones después de un enfado, pierde el control del juego. No se da cuenta que hay 18 hoyos de competición diferentes, y le es difícil salir del error y lo arrastra al siguiente.
Tiger Woods, el golfista más grande de nuestra generación, piensa de una manera peculiar alrededor del campo de golf. Él hace todo por una razón. Su camisa colorada no es un comportamiento que encubre una superstición, lo ayuda a activarse y jugar más agresivamente el último día de la competencia. Tiene confianza desde el principio hasta el final. Mantiene controladas las emociones la mayoría de las veces durante toda la vuelta. Sabe resistir las distracciones, y le da importancia a la tenacidad, la paciencia y la perseverancia
Por más que no use su remera colorada trate de aprender un poco de la manera de pensar de un grande y el poder de concentración de Tiger. No se bajoneé ante un tiro mal dado, solo piense en el siguiente. Juegue tiro por tiro, toda la energía esta ahí, en su presente Si piensa más en el resultado que en lo que tiene que hacer, su mente se va al futuro y no es su aquí y ahora.
Déjese ir, solo preocúpese en atravesar la pelota, ayúdese con los sentidos, en el ruido del golpe, en su vuelo, en su forma y lugar de caída. Forme una imagen mental de lo que quiere hacer. Sienta, vibre, juegue y diviértase.
A veces el éxito se puede medir en un golpe y en la manera de cerrar un partido. Una pequeña diferencia en la ejecución lleva a una gran diferencia en el resultado, y esa es “la diferencia que marca la diferencia” de un grande como Tiger Woods.



"La presión no me importa, no la siento. Cada vez que afronto un desafío distinto, tengo una nueva expectativa”. “Mis objetivos serán siempre los mismos: aprender algo, divertirme y ganar".
Tiger Woods.

LA MENTE DE UN CAMPEON



Últimamente muchas cosas han cambiado en el golf. El mantenimiento de las canchas ha mejorado notablemente, la tecnología ha contribuido a desarrollar palos y pelotas de gran nivel, las reglas de golf se han modificado bastante y hasta la técnica del swing ha variado. Pero lo que no ha cambiado es el enfoque psicológico de los grandes jugadores.

Los grandes campeones de todas las épocas, han cimentado sus entrenamientos y competencias, sobre un gran amor al deporte. Muchos de ellos, llegaron inclusive a sobreponer el golf a sus propias familias. Nunca ha sido el dinero ni la fama lo que los ha guiado - aunque eso puede haber llegado como consecuencia- sino el amor y el placer que han sentido por el golf.
Vicente Fernández lo considera un atributo imprescindible para llegar a ser campeón porque, según dice, es ese amor el que hace posible que el sacrificio del entrenamiento no se sienta como tal.

Los campeones son gente con una mentalidad altamente positiva, tanto dentro como fuera del campo de golf. Tienen una seguridad que a veces puede ser confundida con arrogancia. Aprenden de sus errores, pero no se critican ni flaquean a causa de ellos. Sus pensamientos son mas bien del tipo “Hazlo” y no del “cuidado, no lo hagas”. Su motivación esta orientada a alcanzar el éxito y no a evitar el fracaso. Luego de un mal tiro, el enojo dura poco tiempo, saben perdonarse, y en el próximo golpe, su mente ya esta preparada para el siguiente desafió.
La seguridad es fácil de definir pero a veces difícil de llevar a la practica. Es la confianza en uno mismo y en sus habilidades, para llevar a cabo un tiro bajo difíciles condiciones. La seguridad se va construyendo en cada golpe bien ejecutado. Luego, la repetición, da a la mente la fijación de esos movimientos, y ordena lo que se debe hacer. Con el tiempo nos convertimos en pilotos automáticos jugando con instinto y entusiasmo.

Pero el problema surge cuando los pensamientos empiezan a dominar en el juego. A veces pensamos demasiado en vez de confiar en que lo podemos lograr. Algunos influyen de manera positiva, sin embargo otros repercuten la ejecución de un tiro al trasmitir inseguridad, desconfianza y duda.
Un campeón puede equivocarse, pero nunca duda. Gracias a esta actitud positiva, que da seguridad, el jugador puede tornarse agresivo bajo presión y así lograr bajos scores.
En los momentos decisivos parecen tener una actitud que sobresale de los demás jugadores. Es lo que se podría definir como una cierta presencia. En algunos como Tiger Woods se puede apreciar por la intensidad de la mirada. En otros como Tom Watson, por la fuerza de la personalidad.

El poder intimidar y presionar en la cancha también es difícil, sobretodo en un juego donde no hay contacto físico. Esto es debido al estado de la mente más que al miedo de un cuerpo fuerte. El jugador que confía que puede controlar su juego, no va a permitir que otro jugador, pueda imponerse a su voluntad de poder definir un torneo. Como dice Tiger Woods el golf no es una cuestión de tamaño y fuerza sino de destreza, inteligencia y garra.

Un espíritu competitivo lleva a desarrollar mejores habilidades, y a entender que lo que hemos hecho, ya esta bien. Verdaderamente, a veces, son más los errores que los aciertos, pero estos, no deben permitir que la mente quede fijada en ellos, el swing comienza a sufrir deformaciones que tratamos de arreglar con parches, cuando el problema esta en otro lado, en la mente.
Frecuentemente he escuchado a jugadores decir “Si vengo jugando mal, empiezo a salir del juego, y pensar que me tengo que recuperar. Me paso de revoluciones y pienso que tengo que hacer birdie, birdie y par”. No hay que pensar en lo que se debe hacer en los próximos hoyos. Esto provoca ansiedad y juego acelerado, cambiando el objetivo de juego por el del resultado. Nadie esta a salvo de desagradables sorpresas que aparecen en el momento menos esperado.
Aceptarlos, permite recuperar el ritmo y la concentración necesaria, y se debe saber transformar esa situación de alarma, en un hecho circunstancial.
La psicología en el golf va más allá que la exactitud del swing o la técnica de atacar la cancha. Significa seguridad, pensamientos claros y asertivos, poder dominar las voces internas negativas, la capacidad de retomar golpes exitosos del pasado, olvidarse de un mal tiro y saber sobreponerse a ellos recuperando la concentración del juego.
La preparación psicológica debe ser un elemento más del entrenamiento, para que el jugador pueda mejorar su rendimiento, adaptado a sus necesidades y circunstancias ayudando al deportista a visualizar el éxito, en un clima de diversión y amor al deporte para poder alcanzar un golf de excelencia.

COMO MANEJAR TUS NERVIOS

Cuando hablamos de competición, hablamos de presión, de nerviosismo ante aquello que estamos por enfrentar. Son esas sensaciones que presionan desde adentro, aprietan, comprimen.
Para poder jugar, divertirnos como asimismo competir y poder cerrar bien un partido, se necesita serenidad y precisión y si la mente esta totalmente desordenada, esto es impensable.

Un buen jugador no se para y tira sin conciencia al hoyo. Por el contrario, toma su tiempo para realizar su rutina, no se demora ni se apura. Hay un lugar para el pensamiento, y toma el tiempo necesario (timmimg) para la ejecución.
La presión existe en todo jugador, y el éxito estará en quien sepa mejor manejarla. Es imposible hablar de competencia sin presión. Siempre existe cierto grado de nerviosismo, y esto es la activación necesaria que nos lleva a competir. Es un estado intermedio entre el nerviosismo y el estar muy calmo.
Los partidos se ganan o se pierden en tiempo muerto, es decir, entre jugada y jugada. Es cuando la mente tiene tiempo para dispararse para cualquiera de los dos lados, o se habla de una manera positiva, recordando buenas experiencias de juego, o de manera negativa, fantaseando todos los peligros de la cancha, los errores cometidos, autocriticándose y el resultado es automático.
En tiempo de pelota parada, debemos aprender a aprovechar ese espacio para respirar, dejar que entre oxigeno a los pulmones, a los músculos y al cerebro. Para poder pensar y concentrarnos, necesitamos oxigeno, alimento vital para la mente.
Cuando nos sentimos nerviosos, todo se acelera. Cuando tu corazón late con más fuerza, todas tus acciones se tornan más rápidas. Seguramente caminarás hasta tu pelota, harás tu swing mucho más rápido, y golpearas la bola como queriéndotela sacar de encima lo más rápido posible.

Dos de los más grandes jugadores que se destacan en su capacidad de dominar sus nervios y sus emociones son Ernie Else y Tigre Woods. Ambos saben perfectamente ante la presión a la que están sometidos y son maestros en poder manejar sus sensaciones físicas y psíquicas mediante la respiración profunda, acciones lentas entre golpe y golpe y un efectivo pensamiento positivo.

Es por eso que Tiger puede levantar en alto su puño, gritar enfervorizado luego de realizar un águila o correr por un green luego de meter un terrible putt. Pero luego todo vuelve a la normalidad. Lo pasado pasó, ahora hay que enfocarse en lo que sigue y para eso se necesita que su activación retorne a su 100% de rendimiento para poder focalizarse en el tiro siguiente. Esto es imposible sin una buena respiración que desacelere el sistema circulatorio y respiratorio.

En este video te muestro la diferencia de dos diferentes jugadores y como se modifica la respiración de acuerdo a las sensaciones y emociones que están viviendo.



Para revertir esta situación, recordá estos consejos.
• Respirá en forma lenta y profunda.
• Agitá tus manos y tus piernas para eliminar la tensión.
• Caminá lentamente entre golpe y golpe.
• Monitoreá tu frecuencia cardíaca
• Hablate de forma positiva.

Espero que te sirva. Practicalo tanto en entrenamientos, en el driving para poder automatizar todas esas acciones y ponerlas en acción junto con todo el potencial de tu juego.

juliasports@fibertel.com.ar

EL PUTT: “Un juego dentro de un juego”


Los tiros cortos como el approach y el putt, son conocidos como la parte más importante del golf.
Basta ver algún torneo, para darnos cuenta que es en el green, donde los torneos se ganan o se pierden.
Bobby Jones solía decir, que el putt, es un “juego dentro de un juego, y la parte más importante del golf”, y por eso debe ser jugado como tal. El juego del green es diferente a todos los demás. Es el único tiro donde la pelota rueda por el piso, contrariamente a los demás golpes que van por el aire según el impacto del swing.
Físicamente es el tiro más fácil de todos. Si ponemos a una persona mayor que nunca jugó al golf a jugar el putt, probablemente aprenderá a meter algunos tiros de dos o tres metros con solo algunos minutos de aprendizaje. Pero le será imposible, en ese mismo tiempo aprender el mecanismo de un tiro de drive, o ejecutar un approach al green por sobre un bunker.
Por lo que podemos llegar a la conclusión, que el tiro físicamente más fácil, se convierte en el tiro psicológicamente más difícil.
De entre todos los golpes de este juego, sin duda, el "putt", es donde más predomina la influencia mental.
El secreto para patear bien no está en el swing, ni en su técnica, sino en la mente y la confianza y se basa en una sólida actitud de seguridad y firmeza.
En muchos reportajes, Tiger Woods, ha comentado que cuando tiene que meter un putt difícil o de precisa ejecución piensa: “es un tiro tan fácil que lo podría meter hasta mi madre”.Ese mensaje le da seguridad y quita la presión del camino. Siempre estaremos algo nerviosos antes de un putt de definición, pero es algo que no hay que temer, sino saber aceptar.
Los grandes libros de instrucción no hablan mucho del putt, se basan más sobre los fundamentos del swing, pero no se centran en la técnica perfecta de patear.
Asi es, que encontramos infinidad de clases de putts, de grips, de estilos. Podemos ver a un agachado Jack Nicklaus, un Palmer con las rodillas pegadas, a un concentrado Tiger Woods con un movimiento clásico, un putt tipo escoba como el de Chris di Marco, y algunos muy peculiares y difíciles de entender como el de Isao Aoki.
Sergio García acumula las cicatrices de tantas batallas. Muchas han sido sus frustraciones en el green, más allá de su sólido juego de cancha. Es notable ver a García antes de jugar un putt la cantidad de tiempo que toma antes de jugar sobretodo en los tiros cortos.
Cada uno tendrá un estilo de patear con el que se sienta cómodo. Aferráte a eso y no busques cambios ante el primer error, ya que el problema no está en tu técnica, sino en tu forma de pensar. Si estás obsesionado con jugar el tiro perfecto la próxima vez que falles un golpe que crees que debería haber entrado, empezarás a tener dudas sobre el siguiente.
A mayor cantidad de pensamientos, menor la calidad de la ejecución y eso se va archivando en nuestros archivos de la memoria.
Muchos putts se erraran. Eso debemos admitirlo, pero debemos olvidarnos enseguida del error. De lo contrario, surge la culpa y muestra mente, en lugar de pensar en el buen tiro, teme el errarlo lo que da lugar a la duda, y en la confusión la mente no sabe adonde debe tirar.
Cuando estás jugando un hoyo, no pienses en el resultado, ni en nombrar el tiro. Ya sea que estás tirando para águila, o para doble boggy ambos generan tensión, por lo tanto, olvidáte para que tiras. Simplemente mira el objetivo y pensá solo en su ejecución dejando que el putt fluya libremente.
El golf como toda actividad humana va acompañado de la inevitable participación del pensamiento, ligada a su carga emocional, ya que en su elaboración intervienen experiencias que han sido vividas en forma más o menos consciente, como positivas o amenazadoras.
Yo creo que el problema se centra en ese punto. Cuando ya se tiene miedo antes de jugar pensando en un futuro incierto, el efecto es dudoso.
Las indecisiones y dudas se transfieren al golpe y destruyen un buen tiro por la tensión muscular en tus brazos.
Una vez que se ha leído el green, la caída y la velocidad de la pelota, no cambies tu decisión. Confiá en tu primera experiencia. En el stance es fatal dejar que entre un segundo pensamiento de duda. “Y si era más a la izquierda…”. Golpeála como fue decidido previamente. La incertidumbre genera un límite a la confianza y a la creencia de la decisión anterior.
Si querés ser un gran jugador de green tenés que convencerte que lo sos y jugá desde esa posición.
Luego de algún tiro errado, no te desesperes. Es totalmente esperable que algún putt no entre. Olvidá lo pasado, da la bienvenida a lo que está por llegar, aceptá el desafío y pensá positivamente de vos mismo y en tu manera y técnica de jugar el green.

Julia Alvarez Iguña
Psicología aplicada al Alto Rendimiento
juliasports@fibertel.com.ar