Julia Alvarez Iguña

Julia Alvarez Iguña

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Psicología de la vida cotidiana

La copa Ryder y el trabajo sobre la cohesión grupal.

16 de octubre de 2010


La copa Ryder fue ganada esta vez por Europa, tras un duro batallar de cuatro días consecutivos, ya que debió posponerse un día más por lluvia.
En este torneo dos equipos compuestos por doce de los mejores golfistas compitieron por la dorada copa cuyo destino final fue esta vez Europa.
Este evento deportivo no solamente es importante para los jugadores, sino también para los espectadores que se identifican con los equipos involucrados. El público forma parte de esa categoría social de "quienes somos", y contribuye junto con los atributos individuales, de cómo se ven a ellos mismos realizando una comparación social con los grupos rivales.

En la Ryder Cup compite un continente y una superpotencia en un estadio deportivo, en este caso se jugó en Newport, Gales. Europa jugó con gran ventaja al competir como local influyendo en ella la familiaridad con la cancha y las condiciones de juego. El aumento de la confianza y las expectativas de éxito por los jugadores, se vieron beneficiadas ante el apoyo del público local que ayudó a un mayor rendimiento.
La Ryder Cup es un ejemplo de un deporte de equipo donde los jugadores realizan las habilidades de forma individual, pero es el rendimiento grupal el que determina el éxito. En este sentido, la cohesión del equipo es determinante. Por lo que ya venimos explicando en mis columnas, existe una relación positiva entre la cohesión y el rendimiento, por lo que en este caso, se tuvo en cuenta el compromiso en desarrollar y mantener intensas relaciones sociales dentro del grupo, eliminando individualismos, como para estar comprometidos con los objetivos del trabajo del equipo.


Los coach de ambos equipos fueron en este caso Colin Montgomerie, Monty, para Europa y Core Pavin por USA. Ellos se dirigieron a algunos de los nombres más grandes del mundo del deporte en busca de apoyo psicológico para poder trabajar la presión y el teem building grupal.
Montgomerie buscó el apoyo de Gareth Edwards considerado uno de los mejores jugadores de rugby de todos los tiempos, jugador de British Lyons y al coach entrenador y ex-futbolista del Manchester United, Alex Ferguson, conocido como Sir Alex, acostumbrado a trabajar con los “egos” de grandes jugadores. “En la Ryder se reúnen doce egos y tengo que asegurarse de que están jugando el uno junto al otro”, declaró Monty en una rueda de prensa.

El equipo europeo constantemente pasaba videos motivacionales en las reuniones. Los videos mostraban a los jugadores recibiendo sus trofeos, metiendo difíciles, putts, en la ejecución de tiros extraordinarios. Todo esto en realidad funcionaba como disparador motivacional como recordatorio constante de todos los mejores momentos de los jugadores. De esta manera se demostraba lo buenos que eran para recordarles los grandes logros realizados anteriormente para poder volver a repetirlos en el torneo.
Quizás el vínculo más extraño deportivo fue el estadounidense con sede en Europa, Alfred Jenkins quien ayudó y asesoró a la gran estrella del rugby Johnny Wilkinson.
"Lo fundamental es si se trata de un putt para ganar una Copa Ryder o un drop ganador de una Copa del Mundo, todo se reduce a una persona," dijo Alfred.

Por otro lado Corin Pavin buscó asesoramiento en entrenadores y directores generales de béisbol, fútbol americano y el baloncesto para ayudar a lidiar con las presiones mentales de su equipo. Buscó apoyo en Doc Rivers de los Boston Celtics, Jerry West, director de la NBA y entrenador de Los Lakers, Mack Brown entrenador de fútbol americano de Texas, y el entrenador de baloncesto de UCLA Ben Howland. Todos los temas centrales giraron acerca de la motivación, la cohesión grupal, manejo de presiones y la psicología de los atletas en general.
"Las emociones también son muy altas durante la semana de la Ryder Cup para todo el mundo, y hay que ser muy conscientes de su nivel emocional," dijo Pavin. "Hay una fuga de emociones el lunes, martes, miércoles y jueves y tienes que estar listo para ir por tres días, a partir del viernes. Por eso queremos crear un ambiente de confort, queremos crear un ambiente donde los jugadores se relajen y mis cuatro vice-capitanes y otros van a crear ese ambiente para ellos". Jugamos como un equipo, cenamos como equipo, hemos hablado como un equipo y ganaremos como un equipo” fue uno de sus lemas centrales.

En ambos tipos de partido, fore-ball, foursome e individuales, la forma en que compañeros de equipo y oponentes interactuaban jugó un papel decisivo en cada hoyo. Las emociones pueden ser contagiosas entre los compañeros de equipo y son ellas las que ayudan o dificultan la manera de jugar. Además el mantenimiento de un lenguaje corporal positivo (por ejemplo, la postura erguida, gran cantidad de contacto visual) es una forma de comunicar el grado de confianza a un oponente y presionarlo psicológicamente ante cada tiro.

En la Ryder Cup un cierto nivel de presión se mantiene durante todo el campeonato. Generalmente la presión en el golf va y viene en los torneos y se intensifica en los últimos nueve hoyos, pero en la Copa Ryder está ahí toda la semana, incluso en las rondas de práctica. Es por eso que las emociones son tan intensas y deben ser trabajadas.
Debido a la importancia de la cohesión para el éxito, los psicólogos del deporte utilizan una serie de intervenciones para trabajar sobre ella. Algunos se centran en la mejora de la cohesión social mientras que otros se centran en la mejora de la cohesión de la tarea.
En una gira, el jugador es un individuo, juega sólo para sí mismo y si pierde no molesta a nadie, pero cuando se representa a un país la tensión es totalmente diferente.

Es así que la tensión del último tiro le jugó una mala pasada a USA. En el último partido se enfrentó Mac Dowen por Europa y Hunter Mahan por USA quien tenía que ganar el hoyo17 y en el 18 al menos sacar un empate para ganar y retener la Copa (EE.UU. ganó la última en 2008). Pero tanta presión arrugó a Mahan. Lo achicó tanto al momento de jugar que realizó un terrible tiro al green donde apenas movió unos metros la bola –papa en la jerga deportiva- McDowell ya era el dueño del partido y, más aún, el héroe de una victoria para el recuerdo.

En resumen, esta edición de la Ryder Cup nos ha dejado emociones, sorpresas, agua, lluvia sin fin, grandes dosis de adrenalina, sentimientos a flor de piel, lágrimas de decepción y de alegría, banderas al cuello como en el caso de Jiménez toreando con la roja y amarilla, gritos de rabia que servían para desahogar los nervios, dolor un una nación, es decir, el sentir del golf en toda su expresión. Deberemos esperar dos años para volver a revivir las emociones de este torneo. Esta vez Estados Unidos jugará de local y la edición de la Ryder Cup 2012 se llevará a cabo en el Medinah Country Club en las afueras de Chicago.

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